Actualización: Las opiniones expresadas en este artículo son las que tenía en el momento de escribirlo (11 Ago 2005). Las mismas han cambiado desde entonces, en particular con lo relacionado al tema de la expulsión del profesor Beltrame. En su momento creía que lo habían echado por poner parciales difíciles (como lo expreso en el artículo). Ahora sé (de buena fuente) que no fue así y que fue explusado solo por romper su contrato de exclusividad lo cual, desde un punto de vista profesional, es una falta grave. Me parece justo aclarar este punto antes de comenzar.
Hoy en día para cursar una carrera terciaria de ingeniería en el Uruguay hay dos opciones: la facultad pública (en adelante UdelaR, por Universidad de la República) o alguna de las facultades privadas: la ORT, la Católica o la Universidad de Montevideo (UM).
Desde siempre la UdelaR ha tenido fama de ser mucho más exigente y, en consecuencia, preparar mejor a sus almunos que las alternativas privadas. En este artículo voy a contar mi experiencia personal con la carrera de Ingeniería Electrónica, siendo que he cursado los primeros 3 años en la UdelaR y los últimos 3 años en ORT. Las razones del cambio ahora no vienen al caso (ya publicaré un post sobre el tema) pero les puedo adelantar que no tiene que ver con problemas de rendimiento. De hecho, cuando me cambié a ORT, había cursado 3 años en la UdelaR sin perder ninguna materia y habiendo exonerado el 90% de las mismas.
Antes que nada quiero dejar en claro que las opiniones que aqui expreso se refieren unicamente a la UdelaR y a ORT, puesto que son las dos facultades que conozco personalmente. Sin embargo, creo que los comentarios sobre ORT pueden extenderse fácilmente a las demás facultades privadas.
Una cuota mensual típica hoy en día ronda en los $7000 (U$S 280), aunque ORT en particular se caracteriza por tener una gran disponibilidad de becas (no sé el resto de las privadas). Pero, dejando de lado el costo, la pregunta que se hace la mayoría de los estudiantes que están en la posición de poder elegir es: ¿realmente vale la pena el esfuerzo adicional de cursar en la UdelaR o simplemente es tiempo extra perdido en tener que superar los filtros impuestos debido a su carencia de recursos económicos?. Este artículo es un intento de responder a esta pregunta.
Hoy en día mucha gente se está cambiando de la UdelaR a alguna facultad privada. Las razones son varias y todas ellas aceptables (problemas laborales, comodidad de horarios, disponiblidad de materiales, etc). Sin embargo, de todas las razones, hay una de ellas que destaca por ser mal vista: el alivio de las exigencias de estudio. Tan controversial es este punto que ha suscitado frases como la siguiente: "en la ORT te venden el título".
No tiene nada de malo cursar en una universidad privada, al contrario, las facultades de ingenería con mayor prestigio mundial son privadas (lo cual no debería sorprender a nadie). Lo que si puede sorprender es que una facultad pública gratuita tenga mejor nivel que una facultad privada. Entonces, ¿cual es la diferencia con la facultad pública de nuestro país que la hace ocupar esta posición de privilegio?. Basicamente, dos cosas:
- Que el volúmen de potenciales alumnos con el nivel económico para poder costearse una universidad privada en Uruguay es muy pequeño
- Que la cantidad (y calidad) de docentes de los cuales dispone la UdelaR es mucho mayor
Con respecto a los parciales, puedo asegurar que (no solo en promedio, sino en su totalidad) los de ORT son sensiblemente más fáciles que los de la UdelaR. Hay varias causas, pero una de ellas es la del filtro de alumnos por masividad. Es lógico que existan este tipo de problemas, siendo que ingeniería es la "carrera del momento", y solo disponemos de una única facultad gratuita. Si bien en la UdelaR se han propuesto incansablemente soluciones (como ser exámen de ingreso, matrícula mínima, etc) ninguno de ellas ha logrado imponerse hasta hoy y por lo tanto prevalecen las materias complicadas como mecanismo de filtrado por defecto. Y cuando digo "materias complicadas" tomo como punto de comparación el nivel de exigido por una facultad estadounidense de reputación media. Tengo un amigo que empezó en la UdelaR y luego siguió sus estudios en la universidad estatal de Winsconsin (EE.UU) y me comentaba que el nivel alli es inferior para muchas materias.
En mi opinión, por sobre todas las cosas, lo que define la calidad de una facultad es el nivel de sus docentes. Dicho esto quiero dejar en claro que la UdelaR le debe su gran calidad, no al nivel de sus exigencias (ya que este siempre será alto, por las razones antes mencionadas), sino a la calidad de sus profesores.
En su mayoría, los docentes de la UdelaR son egresados o estudiantes de la misma y, dadas las mediocres remunearaciones de la enseñanza pública se podría decir que dictan las clases por verdadera vocación a la docencia. Esto, en principio, si bien es una característica admirable, no es un indicador directo del nivel de los docentes.
Pero entonces, ¿que es lo que define a un buen docente?. No es su gran conocimiento o dominio de la materia, ni tampoco su forma de ser, sino la capacidad de transmitir conocimientos o ideas nuevas de forma amena, intuitiva e interesante para el alumno, en otras palabras, el arte de la pedagogía. Desgraciadamente muchos docentes poseen gran conocimiento pero carecen de los dotes pedagógicos necesarios para transmitirlos.
Dicho esto, debo decir que la calidad pedagógica docente de ORT es considerablemente inferior a la de la UdelaR y alli es donde radica uno de sus grandes problemas, más allá del nivel o las exigencias. Un mejor docente es capaz de explicar más cantidad de temas en menor tiempo lo cual le permite profundizar más que un docente de menor calibre, y eso siempre es bueno.
ORT posee docentes con menor capacidad pedagóica que la UdelaR, en parte porque ORT busca docentes con conocimiento (en lugar de pedagogía, que es mucho más difícil de evaluar) y en parte porque no hay gran disponibilidad de los mismos ya que la mayoría (por razones históricas) solo dictan clases en la UdelaR, aunque vale mencionar que esta tendencia ha dismunído notoriamente en los últimos años.
Quiero hacer incapié en un caso particular que me afectó mucho. Yo entré a ORT en el 2003 y una de las materias que tuve la suerte de cursar fue Optica con el mejor profesor de física que he conocido, el Dr. Gerardo Beltrame. Gerardo, además de ser impecable docente, es una excelente persona y sin embargo la mayoría de los estudiantes no lo querían porque tenía un gran "defecto", ponía parciales muy difíciles.
Siendo que me encanta la física moderna, se imaginarán cual fue mi alegría al enterarme que iba a ser mi profesor de "Física del Estado Sólido", el segundo semestre de ese mismo año. Desgraciadamente, no fue así. A Beltrame lo expulsaron de ORT a mitad de año alegando que estuvo dando clases en la Universidad de Montevideo (UM) lo cual rompía el contrato de exclusividad que había firmado con ORT. No digo que la razones no sean válidas, pero podrían haber hablado con él u ofrecídole un aumento en lugar de despedirlo de un día para el otro sin más.
Hablando posteriormente con Gerardo me contaba que se había puesto a dar clases en otro lado porque sus ingresos no le daban para mantener a su familia y, puesto que se había visto obligado a tomar otro trabajo, quiso que este fuera relacionado también con la docencia que es su pasión. A Gerardo no lo echaron por no cumplir el contrato de exclusividad, lo echaron por sus parciales difíciles (actualización: esto no fue así, ver esta aclaración).
¿Pero quien puede culpar a ORT?. Son los alumnos los que la pagan y es lógico que, a diferencia de la UdelaR, tengan mucho más potestad sobre los docentes, lo cual es bueno para algunos casos pero malo para otros.
Volviendo a la UdelaR, hay claramente dos tipos diferentes de materias: las materias filtro y el resto. Las materias filtro son aquellas que por razones históricas (o similares) cargan con la responsabilidad de filtrar estudiantes para que las materias no-filtro puedan dictarse con los recursos disponbiles. Cumplen el papel de un exámen de ingreso, enmascarado como materias normales. Ejemplo de estas materias son todas las materías de matemática y física de los primeros 2 años, teoría de control, física térmica, etc. Son las "ovejitas negras", las "malas de la película", y la causa por la cual la mayoría de sus estudiantes termina yéndose para las universidades privadas (y con razón). Son materias cuyo nivel es excesivamente alto y ampliamente superior al necesario, siendo que realmente no aportan habilidades nuevas a un estudiante de Ingeniería. En general, luego de cursar una materia el estudiante retiene para el futuro solo un 10% de su contenido, concretamente los conceptos nuevos que introduce dicha materia y el mecanismo general de resolución de problemas aplicando los mismos. Pero, para adquirar tales habilidades, solo es necesario un nivel mínimo de exigencia y problemas prácticos donde aplicarlos. Una vez que se aprende un concepto queda arraigado para siempre (claro, siempre y cuando haya sido bien aprendido). Es como aprender a andar en bici: podés perder la práctica pero pero no la idea. El problema con las materias filtro es que su nivel está muy por arriba del necesario para aprender los conceptos y, por lo tanto, su estudio extra no aporta nada (para una carrera de Ingeniería, claro está).
Pero bueno, el exceso de dificultad en las materias filtro puede verse como la "cuota" a pagar de la UdelaR. Algunos podrán pagar esta "cuota", otros podrán pagar la cuota de ORT; otros podrán pagar ambas (y algunos ninguna). Para los que se encuentran en algunas de las primeras dos situaciones la decisión es clara, pero para los que pueden optar por ambas facultades, ¿cuál es la mejor opción?. Una forma de encontrar la respuesta podría ser analizar las materias no-filtro de la UdelaR y compararlas con las materias de ORT.
Y es aquí donde ORT debería sobresalir ampliamente debido a los recursos económicos con los que cuenta para poner a disposición un mejor material de trabajo. Sin embargo, esto no es asi y ¿saben cuál es la razón?. Si, nuevamente los docentes. Segun mi experiencia personal, el nivel de los docentes en los últimos años (4o. y 5o.) deja que desear (aunque hay excepciones). Y lo triste aqui es que si el problema de los malos docentes fuera de la UdelaR, sería más aceptable debido a la mala remuneración. Sin embargo, ocurre al revés. Si voy a pagar $7000 mensuales en una universidad privada lo primero que esperaría sería un nivel docente aceptable. Lo malo de esto es que recién te das cuenta del problema cuando estás terminando, y ya no hay vuelta atras.
Lo más importante para los estudiantes de bachillerato que están en la duda de que facultad elegir es que no se apresuren a decidir basado en lo que les diga el asistente acadámico de la facultad (y esto va para cualquier facultad privada) o en las opiniones de los amigos que entraron el año pasado. Lo mejor que pueden hacer es buscar la opinión de estudiantes que cumplan los siguientes requisitos:
- esten avanzados en la carrera (preferentemente 4o. y 5o. año)
- sean gente capaz y con sentido común
- que no esten relacionados o trabajen en la universidad en cuestión
Para terminar quiero recalcar la ventaja más importante de cursar en ORT que es la de tener un trato más personal con los docentes lo cual permite una comunicación más fluída y, en la mayoría de los casos, motiva más al estudiante porque siente que su esfuerzo es más valorado. En la UdelaR es muy común que entregues un obligatorio y luego vayas a ver un numerito en una cartelera sin nunca enterarte de quien te lo corrigió o incluso sin la posibilidad de ver en que te equivocaste o porque te bocharon (si, por increíble que parezca). Y realmente no hay excusa para este tipo de comportamientos, ni siquiera la masividad. Es preferible poner cupos (o incluso no dictarlo) que dictar un curso de esa manera. Este es el típico caso de materias como Redes de computadores del Instituto de Computación (INCO). También vale aclarar que este tipo de problemas "extremos" solamente ocurren en el INCO. Otros institutos como el de eléctrica (que es el otro que conozco) están muy bien conceptuados en cuanto al trato de sus alumnos.
Como habrán notado, no profundicé mucho en el tema del nivel de las materias (con excepción de las materias filtro). Esto fue a propósito porque creo que, más allá de todo, el objetivo de la facultad es formar a los estudiantes para la vida de que les espera, y el nivel de las materias no juega un papel fundamental en dicha tarea, siempre y cuando este nivel no sea excesivamente marginal. Una facultad de ingeniería debe enseñar a sus estudiantes a aprender, a buscar las respuestas por si mismos y a perder el miedo de encarar problemas nuevos. El resto viene después, con el laburo, la vida y la experiencia. En este punto creo que ambas facultades cumplen su objetivo. Que en la UdelaR haya docentes más capaces es por motivos históricas, y que halla estudiantes más capaces es por la razón anterior y por razones económicas. Pero no es la facultad lo que realmente importa sino la capacidad y el entusiasmo del estudiante para llevar sus ideas y proyectos adelante. Recuerden que un título universitario es un escudo, no una espada.
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